lunes, 30 de junio de 2008

Aportando confusión

El artículo que aparece en la edición on line de La Nación, titulado "En medio de advertencias opositoras, el Congreso encara una semana decisiva", apenas si aporta algo más que confusión: hay una marcada distancia entre parte de la volanta de la nota, que dice "Carrió recordó que antes de evaluar proyectos alternativos, las comisiones deben definir si aceptan o no la resolución oficial" y su contenido. En la parte que corresponde a este tema dice:
"Más allá del proyecto de éste, o del proyecto de otro y de posibles acuerdos, las dos posiciones centrales que están en juego son la ratificación o el rechazo de la resolución 125", planteó la líder de la Coalición Cívica.
"Obviamente va a haber proyectos alternativos, supongamos que Solá presenta el propio", concedió la ex diputada. "Pero la primera votación será la del proyecto que se trata en el recinto, que es el del oficialismo, y ese proyecto ratifica [la resolución] 125", explicó en declaraciones a radio Mitre.
En este contexto, Carrió dudó que un proyecto alternativo que contemple la liminación del esquema de retenciones móviles logre prosperar en la Cámara de Diputados. "No. Eso es imposible. Sería imposible de digerir para los diputados kirchneristas. Además, [el ex presidente Néstor] Kirchner dice hay que jugar a la ratificación de la resolución. Así va a ser, no hay otra alternativa, a favor o en contra", concluyó.

Las diferencias son obvias. Más allá de las presiones y posiciones políticas, de los deseos del oficialismo para que se acepte su proyecto tal y como lo envió, son casi nulos los límites que tienen las comisiones para introducir modificaciones en los proyectos que tienen bajo análisis y no tienen ninguna obligación de votar negativamente un proyecto para recién ponerse a considerar iniciativas alternativas. Sin intención de defender a la verborrágica líder de su sector, es una síntesis desafortunada de lo dicho por Carrió hacerlo aparecer como que hay una instancia formal de aceptación o rechazo del proyecto oficial. Pareciera que todos están jugando un juego bastante peligroso: el oficialismo "oficial" sigue tensando la cuerda con una iniciativa que pareciera ser políticamente poco viable; y la oposición tirando de esa misma cuerda exactamente en sentido contrario, ya que su proyecto "alternativo" es, simplemente, volver todo a la situación previa a la resolución 125. En el medio, ¿habrá algo?

viernes, 27 de junio de 2008

Sobre votos y puertas cerradas

Qué semanita la que pasó, ¿no? Y todavía faltan algunas más. Porque nadie se olvide que lo que se está discutiendo es un proyecto de ley, por lo que debe ser analizado en el Senado también. Los senadores hasta podrían hacer una ronda de consultas exactamente igual o incluso más amplia que la que se hizo estos días en el plenario de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda, ya que ellos tienen las mismas "atribuciones" para estudiar los proyectos que los diputados.
Hasta donde pude ver, no ha habido más que crónica periodística sobre las actividades del Congreso, que, de acuerdo a esta misma crónica, se limitó a las reuniones de aquellas dos comisiones. Lo que no es tan así, ya que, por ejemplo, la Comisión de Legislación General de Diputados analizó un proyecto sobre arrendamientos rurales (que algo tiene que ver con el monotema de los últimos meses).
Sin embargo, se comienza a especular sobre qué podría pasar a partir de hoy, lunes 30. Tomemos como ejemplo la nota publicada ayer en Clarín de Marcelo Helfgot, titulada "Retenciones: cómo será el debate en una semana caliente en el Congreso", de la que se podrían comentar lo siguiente:

Se insiste en esta nota y en general con que son necesarios 129 votos favorables para aprobar el proyecto. Esta cantidad es, casualmente, la cantidad de diputados "propios" que tiene el gobierno y la mayoría absoluta del total de miembros de la cámara. Pero resulta que la regla general para la aprobación de proyectos en las cámaras del Congreso es la mayoría absoluta de los presentes. Es decir que para saber cuántos votos afirmativos son necesarios para que el famoso proyecto del Poder Ejecutivo dé el primer paso en el Congreso, lo primero que hay que saber es que cuántos diputados están sentados en sus bancas.
Es obvio que al momento de votar el proyecto va a haber muchos diputados presentes, dado que es una de esas pocas ocasiones en que todo el país va a estar pendiente de lo que se resuelva. Pero lo más probable es que el proyecto que finalmente se apruebe va a contar con varios votos menos que los famosos 129.
Otra pequeña cuestión es que se machaca con que la reunión de las comisiones es "a puertas cerradas" o "exclusiva para legisladores". No tengo conocimiento que los diputados integrantes de las mismas hayan decidido que sea secreta (tampoco sería razonable), por lo que es de suponer que es, o debería ser, pública. Lamentablemente, esto no se aclara lo suficiente, y quedaría la sensación de que la discusión va a ser confidencial. Las reuniones eran transmitidas, por el sistema de televisación interno, al auditorio de la Cámara (los canales habían pedido tener acceso a esa transmisión). Espero que se haya previsto continuar de ese modo.
En fin, como respondí a un comentario de la entrada anterior, la ronda de consultas de la semana pasada pudo haber sido caótica o desprolija, pero era prácticamente la única oportunidad de que los diputados las escuchen. Esta semana parece que les toca hablar a los legisladores, y se va a comenzar a descorrer el velo de cuál va a ser la decisión de cada uno. El drama, ¿seguirá abierto o habrá algún cierre?

jueves, 19 de junio de 2008

Carta abierta a la comunidad parlamentaria

Señores legisladores. Señores funcionarios parlamentarios.

De mi mayor consideración,

Hoy les toca interpretar el movimiento presto agitato. La orquesta se debe preparar para sonar brillante, ardiente, con profusión de timbres, de registros, de dinámica, y llegar así a un imponente final bien allá arriba que nos deje sin aliento antes de que explote el aplauso. Tal vez después puedan volver al andante, al tono menor. Pero sabiendo que están preparados para todo.
El foyer se está llenando de público impaciente. La sala la tienen que tener bien preparada, todo arregladito y limpito para recibirlo. No puede quedar nadie afuera. Es más, deberían chequear si alguno de los asistentes es intérprete para ver si podría aportar algo a su versión de la obra.
Si lo pensamos bien, la que van a tocar en sí misma no es de las que quedan en la historia. Pero las circunstancias hacen que esta interpretación en particular sí. Depende de ustedes. Hoy, señores legisladores, son puestos en el medio de la escena política y mediática, con lo que cuentan con una oportunidad excepcional de hacer ver si y cuánto es importante su tarea.

["Proyecto blindado" o "proyecto trampa", entre otras cosas, son los poco amables calificativos que recibió la iniciativa del Poder Ejecutivo sobre la cuestión de las retenciones. Es que fue de una torpeza descomunal que el Jefe de Gabinete, entre otros, hiciera público su deseo de que el voto en el Congreso sólo se limitara al sí o al no a la ratificación del esquema completo armado trabajosamente en estos cien días.]

Lo primero que tienen que tener en cuenta que los congresos son "casas de vidrio" en las que todo se ve y es público, tal vez hoy más que nunca. No permitan que ninguna traba burocrática dificulte el acceso de aquel público impaciente a sus debates y discusiones, tanto en las comisiones como en el recinto. Es verdad, su casa, señores diputados, o mejor dicho, sus comisiones, están poco preparadas para esto. Sus salas de reuniones no tienen una platea desde donde seguir el intercambio de opiniones, por ejemplo. Apenas si hay lugar para ustedes, los diputados, y sus asesores. Por esto, es que deben prever la mayor difusión de sus reuniones, y buscar el ámbito adecuado para una masiva concurrencia. Tal vez puedan recurrir a las audiencias públicas (previstas en el artículo 114 bis del Reglamento de la HCD).

Cada uno de ustedes debe ensayar muy bien su parte. El concertino podrá ser el centro de las miradas y al que le toca tomar gran parte de las decisiones, pero no sería nada sin los demás, incluso sin el asistente que prepara los atriles. Todos saben que suman algo, y esta es la oportunidad de que quede bien claro.

Hicieron bien en adelantar para el lunes a las 17:30 el primer ensayo sobre el tema que les toca interpretar. No permitan que nada los distraiga. Aunque la sala de ensayo es bastante grande, aun así va a ser incómoda. Pero su tarea es más importante. Y aunque el producto final pueda tener relevancia, el procedimiento que vayan a utilizar es vital porque es más que posible que su ejecución no sea del gusto de todos, pero si son capaces de mostrar en qué lo sustentan, escuchando todas las sugerencias, su decisión será intachable.

Luego de la función nos podremos dedicar cada uno a lo nuestro. Que no otra cosa queremos. Y ustedes podrán recordar la frase del Quijote: "A quien da todo lo que tiene, no se le puede pedir más".

No defrauden.

Los saludo con toda cordialidad.

miércoles, 18 de junio de 2008

Futurología

Vamos a utilizar como excusa un artículo pobre de toda pobreza de la versión on line de Infobae, pomposamente titulado "Los pasos que tendrá que cumplir la iniciativa oficial", para hacer algo de futurología respecto del proyecto de las retenciones.
¿Por qué el artículo es pobre? Para empezar, habla de los pasos a cumplir, pero sólo considera lo que puede pasar en Diputados. En segundo lugar, dice que "podría" haber un dictamen conjunto, pero DEBE haber un dictamen conjunto. Que se reúnan es otra cuestión. En realidad, es lo que formalmente corresponde. Según el artículo 102 del Reglamento de la HCD, si bien se puede analizar el proyecto por separado, "el anteproyecto deberá ser sometido al despacho en pleno de las comisiones a que haya sido destinado el asunto". En la práctica, los proyectos suelen ser considerados por separado y se dictaminan por separado. Cada vez más, las reuniones conjuntas de comisiones son una especie de ficción aceptada por todos los bloques, oficialistas y no oficialistas.
Lo más probable es que la o las reuniones conjuntas de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda se hagan efectivamente.
Tal vez el único dato interesante de la nota sea el hecho de que los presidentes de ambas comisiones sean de las provincias díscolas en este drama. Como dijimos ayer, son ellos los que suelen decidir cuándo citar a las reuniones. Es de suponer que si no lo hacen rápidamente, venga De Angeli a pasarles con una cosechadora por encima, y atrás A. Fernández con el Audi.
Respecto del proyecto, era obvio que la propuesta del Poder Ejecutivo debía ser la ratificación de sus decisiones. Esa es la posición de máxima del gobierno. Cualquier otra cosa, se convertiría en eso mismo automáticamente. De ahí a suponer que el voto va a ser sólo por el sí o por el no, todavía hay un trecho.
Por supuesto que ya se empieza a agitar la imagen del Congreso como escribanía, imagen discutida por el Criador y por Arballo. Uno podría preguntarse por qué no puede haber 129 buenos argumentos en Diputados y 42 en el Senado para votar por el sí; por qué no se podría, luego de escuchar a todos los involucrados, responder de 129+42 formas distintas para votar por el sí y no por ello convertir a estos legisladores en lamebotas.
Se abre la famosa instancia de diálogo que ambas partes declamaron desear. Nada impide ratificar la decisión del Poder Ejecutivo o, como señala Gargarella, introducirles cambios. ¿Hablarán?

martes, 17 de junio de 2008

Un aporte a la comunidad (periodística)

Vamos a retomar el tono docente que pretenciosamente le dimos a este blog en sus comienzos. La excusa es la misma nota que comentamos ayer ("La oposición se quedará en sus bancas hasta que haya debate"). Más específicamente, el siguiente párrafo:
"Impidió [el oficialismo] con su mayoría parlamentaria que las comisiones de Agricultura del Senado y Diputados intervengan, abortó el intento de mediación de la Defensoría del Pueblo y, encima, echó nafta al conflicto enviando a la Gendarmería", sostuvo [Claudio Lozano, aparentemente].

Es verdad. Tal como suelen darse las cosas en el Congreso, la mayoría tiene la llave mágica que abre o cierra el debate. Pero esto es suponiendo que la coyuntura va más o menos por los carriles habituales. Hoy pareciera, o nos quieren hacer ver, que estamos terminales. Por lo tanto, ya no se pueden seguir haciendo las mismas cosas que hacíamos si es que queremos seguir adelante. ¿Hay recursos parlamentarios para poner los asuntos que se quieren debatir en el temario? Sí. La frazada, ¿es uno de ellos? No. Es televisivo, sí. Va a ocupar espacio a la hora de los noticieros muy probablemente. Pero había una cantidad de cosas poco mediáticas que se podrían haber intentado antes.
Veamos.
¿Cómo llega un asunto a ser considerado en una comisión parlamentaria? Lo habitual, repito y subrayo, lo habitual es que haya reuniones de los asesores de los miembros de la Comisión en las que se discutan los aspectos técnicos de los asuntos que el Presidente de la misma les haya indicado a sus propios colaboradores. De haber acuerdo (o voluntad clara por parte de la mayoría), el proyecto "pasa" a la reunión de legisladores para su consideración y dictamen.
Lo habitual, repito y subrayo, lo habitual entonces es que todo dependa en gran medida de la voluntad del Presidente de la comisión de que se trate. El temario de las reuniones y, también, la convocatoria a reunión.
Ahora bien, uno puede leer los reglamentos de las cámaras de adelante para atrás y de atrás para adelante, y no va encontrar ninguna norma que, expresamente, disponga que las comisiones se reúnen por la sola y única voluntad de sus presidentes. Es cierto que todos los mecanismos administrativos internos y la práctica (muy importante en ámbitos parlamentarios) están preparados para ello. Pero se supone que estamos terminales...
El artículo 108 del Reglamento de la HCD y el 101 del de Senado prevén la posibilidad de que la mayoría de la comisión no asista a una reunión. En ambos casos y dados ciertos requisitos, con un tercio del número de miembros se puede discutir y dictaminar. De acuerdo a un viejo adagio jurídico (con lo resbaloso que son) "quien puede lo más, puede lo menos". Por lo tanto, si pueden reunirse, podrían impulsar una convocatoria en caso de que no la hubiera. Podría ser complicado del punto de vista administrativo, pero estamos hablando de una supuesta fuerte decisión política de una buena cantidad de miembros de la comisión.
Es decir, que en esta situación terminal y apelando al voluntarismo, tendríamos una comisión parlamentaria discutiendo y dictaminando sobre, por ejemplo, la derogación de la famosa resolución de las retenciones, con lo que el asunto estaría bien instalado en el ámbito legislativo sin necesidad de frazadas. Pero con pocas cámaras de televisión. Una lástima...
En conclusión, si tal vez podemos acordar que es poco defendible la actitud de la mayoría de haber eludido el debate por tanto tiempo, la postura los legisladores no oficialistas de quedarse a dormir en el Congreso parece más el producto del poco conocimiento de los mecanismos reglamentarios. Lo mismo cabría para los medios: ¿por qué no cuestionan los procedimientos circenses? ¿Por qué no se preguntan, y les preguntan, qué mecanismos parlamentarios dejaron de utilizar? "No preguntes qué puede hacer la mayoría por mí, sino qué puedo hacer yo para movilizar a la mayoría", ¿diría Kennedy?

domingo, 15 de junio de 2008

Frazadas al Congreso

Pasaron diez días desde la última entrada. Sería exagerado decir que en estos días no hubo noticias sobre el Congreso. Pero casi...
En los medios "nacionales", por ejemplo, pasaron casi inadvertidas las reuniones en minoría de la Cámara de Diputados y del Senado. Y ni hablar de la sesión efectivamente realizada en Diputados el miércoles pasado, en la que se aprobaron diversos asuntos, la mayoría de ellos instrascendentes para el "gran público", aunque, tal vez, de alguna importancia para los involucrados. Los demás, dejo a la consideración del lector evaluar su peso.
Hoy, finalmente, salió alguito en La Nación, de la pluma de la abonada Laura Serra: con el título "La oposición se quedará en sus bancas hasta que haya debate", se da cuenta de tal intención de los diputados no oficialistas. Doce párrafos en los cuales se mezcla la noticia generada por los dirigentes en tanto políticos con lo que, supuestamente, podrían intentar para involucrar al Congreso en el monotema de la agenda diaria.
Más allá del fuerte símbolo de "dormir en el Congreso" (ironías al margen) hasta que se dé el debate, ¿cuál es la noticia?, o, mejor, ¿cuál es la noticia de contenido parlamentario? Creo que no hay. ¿Cómo calificar dar como noticia la pretensión de pedirle una audiencia al Presidente de la Corte Suprema para que informe sobre la marcha de las causas sin ningún tipo de cuestionamiento? Máxime cuando es evidente que, de existir, es una gestión totalmente inutil (se puede consultar con provecho este análisis del blog Saberderecho). ¿Cómo calificar la mezcla de la noticia de las consecuencias del desalojo de la ruta 14 con las hipotéticas intenciones de la oposición legislativa? ¿Cómo calificar el reflejo descolgado de la postura previsible del Presidente de la UCeDé respecto de las retenciones con el "centro" de la noticia? ¿Cómo calificar el también previsible llamado de Vilma Ripoll a la "gran marcha federal"? ¿Cómo calificar que se den cuenta de las opiniones de los dirigentes Raimundi y Lozano?
Evidentemente, no como noticias parlamentarias. ¿Por qué se usa como excusa el anuncio de una acción teatral de la oposición parlamentaria para todo esto?
¿Por qué, ya que se nombran a las comisiones de Agricultura (y Ganadería) de Diputados y del Senado, no se aprovecha para evaluar la marcha de sus reuniones y el análisis del paquete de proyectos que había anunciado el Presidente de la Comisión de Agricultura y Ganadería el martes 13 de mayo? Ah, perdón, casi no se hicieron. (De nada, Laura Serra. De paso, te informo que el martes que viene está citada de nuevo, con ese mismo temario.)
¿Qué se le reclama al Congreso, o, más específicamente, a los legisladores oficialistas? Obviamente, que hagan algo, que se involucren de algún modo. ¿Ningún periodista les preguntó por qué tanta inacción? Y si lo hicieron, ¿qué les respondieron? Y si no quisieron responder, ¿en dónde se informó?
Nada por aquí, nada por allá...

jueves, 5 de junio de 2008

Que-re-mos-laley... lo mejor posible

Ayer se consideró en la Cámara de Diputados el proyecto de ley impulsado por el programa de televisión "Cuestión de peso" por el que se establece que la obesidad sea tratada como una enfermedad y reconocida así por el Programa Médico Obligatorio (PMO). Técnicamente, tiene esta síntesis: "Prevención y Control de los Trastornos Alimentarios y otras cuestiones conexas. Declaración de interés nacional."
Se trataba de una sanción del Senado que, de ser aprobada sin modificaciones, se hubiera convertido en ley, tal y como reclamaban los manifestantes que estuvieron desde temprano sobre la Avenida Rivadavia y en las galerías del recinto de la Cámara de Diputados ("Que-re-mos-laley... YAA", cantaban). Pero... durante su discusión en particular el proyecto tuvo modificaciones, por lo que debe volver para que la cámara de origen las considere.
Hasta aquí nada del otro mundo. Muchos proyectos se convierten en ley porque hay un total acuerdo entre las cámaras, pero una gran cantidad son devueltos por la cámara revisora para que la de origen analice si está de acuerdo con los cambios introducidos.
Respecto del proyecto de ayer, todo comenzó porque su artículo 11 decía así: "La publicidad y/o promoción a través de cualquier medio de difusión, de alimentos con elevado contenido calórico, grasas y azúcar, y pobres en nutrientes esenciales, deberá contener la leyenda 'El consumo excesivo es perjudicial para la salud' ". (Énfasis agregado).
Los diputados de las provincias productoras de azúcar objetaron que se la incluyera entre los malos de la película, y, finalmente obtuvieron que se elimine la expresión "grasas y azúcar", con lo que, producida la modificación, el proyecto no iba a ser convertido en ley anoche y debía volver al Senado. De paso, entonces, se le hicieron algunas otras modificaciones.
La cobertura televisiva de este acontecimiento no pudo ser más pobre. De casualidad pude ver, casi al final de Telenoche, la "crónica" del asunto. La movilera Sandra Borghi, con su eterna cara de circunstancia, informaba que la ley no había podido ser. Me gustaría saber cómo hacer un link a un fragmento determinado del noticiero para que lo puedan ver, pero empezó diciendo que se había frustrado el proyecto porque la Cámara había pasado a cuarto intermedio, "y no se sabe cuándo retomarán". Es decir, de acuerdo al tono de sus palabras, nunca. Insistió con esto del cuarto intermedio, hasta que se le escapó, porque se había pasado al cuarto intermedio, que el proyecto debía volver al Senado. Evidentemente, tenía muy poca idea de lo que estaba hablando: una cosa, obvio, es el procedimiento de formación y sanción de las leyes de la Constitución Nacional, y otra es esa posibilidad de todo cuerpo parlamentario de dejar en suspenso una sesión hasta la próxima reunión.
Con la movilera estaba la conductora del programa Andrea Politti, que, contra todo pronóstico, dijo lo único sensato de todo el segmento, al preguntarse por qué se había llegado hasta esa instancia con esa frasecita tal vez desafortunada. Es posible, claro, que ella en parte tuviera un poco de responsabilidad (algo de lo que jamás se va a hacer cargo), por haber movilizado y presionado para que el proyecto se dictamine en comisión a las apuradas y se considere inmediatamente por el plenario (y se quejan del pobre Poder Ejecutivo...). En la edición de hoy de Clarín, con la firma de Armando Vidal, hay un reflejo de esto: "La palabra azúcar amargó anoche a los entusiastas de la ley contra los trastornos alimentarios, que garantiza su cobertura médica. Esperaban que se aprobase anoche en Diputados. Ahora deberán aguardar que lo haga el Senado la próxima semana, ya que Diputados se la devolvió con modificaciones. Todo pasó porque la Cámara llevó ayer al recinto lo que no se había resuelto como correspondía en comisión, y el apuro conspiró contra la meta."
En fin, si va lento porque va lento; y si se apura porque se apura. El Congreso parece que nunca puede dejar contento a todos...

lunes, 2 de junio de 2008

¿Congreso? ¿Qué Congreso?

Todos los lunes, Clarín le dedica una página al Congreso. Suele tener una especie de nota de fondo que puede estar a cargo del cronista parlamentario del medio, Armando Vidal; otro artículo sobre temas diversos y al pie de la página una serie de chismecitos más o menos irrelevantes.
Hoy no fue la excepción: Clarín publica la sección. Ahora que esté dedicada al Congreso, es un poco dudoso.
Veamos.
Armando Vidal hace un repaso de la relación de Juan Domingo Perón con el sector agropecuario (Perón, el líder que pasó de la pelea al consenso con el campo). ¿Qué relación tiene esta nota con el Congreso? En el segundo párrafo habla de un proyecto de Héctor Cámpora como Presidente de la Nación que nunca se aprobó, en el tercero dice que Perón no se definió sobre el tema en el Congreso, en el quinto hace mención a un minitramo del discurso de su último discurso ante la Asamblea Legislativa (1º de mayo de 1974); en el séptimo dice que los discursos inaugurales de las respectivas gestiones de Kirchner y de Fernández de Kirchner no se menciona al campo y en el último habla de una indicación del ex Presidente dada a diputados y senadores propios. ¿Es una nota sobre el Congreso? No parece…
La otra nota de la sección, titulada “El socialismo, tironeado entre los "K" y los que quieren ser oposición”, utiliza como excusa el homenaje que se le hiciera en el Congreso al diputado Alfredo Bravo a cinco años de su muerte para hablar de la situación interna del Partido Socialista. ¿Es una nota sobre el Congreso? No parece…
Los chismecitos son unos más insulsos que los otros. Y sí, siendo muy generoso, se refieren a cuestiones que en algo rozan lo parlamentario. En uno de estos chismes se dice que Claudio Morgado y Pinky no hablan en el recinto, que son “Muy respetuosos de la palabra ajena”. Sin pretender defenderlos, al autor de la nota se le pasó que en la sesión del 21 de mayo de 2008, al momento de considerarse la aprobación de un acuerdo internacional firmado en las Naciones Unidas (con el nombre de Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo), Morgado, en su carácter de Presidente de la Comisión de Discapacidad de la Cámara de Diputados y miembro informante, abrió el debate sobre el asunto. Es verdad, leyó el discurso, algo que los reglamentos parlamentarios suelen prohibir, pero que en la práctica no se aplica porque es poco habitual que los legisladores lean.
Si algún día tenemos suerte de que se publique algo sobre cuál es el trabajo de diputados y senadores, tendremos ocasión de discutir sobre cuánto de importante es que hablen o no hablen en el recinto, así como lo adecuado o inadecuado de las otras medidas del “esfuerzo legislativo” que se suelen usar (presentación de proyectos, por ejemplo).
Para concluir, la página que Clarín le dedica al Congreso los lunes, hoy, por lo menos, tiene otra temática. Otro ladrillo en la pared de su ausencia mediática. Si seguimos así, habrá que dar por cerrado este blog…