viernes, 27 de junio de 2008

Sobre votos y puertas cerradas

Qué semanita la que pasó, ¿no? Y todavía faltan algunas más. Porque nadie se olvide que lo que se está discutiendo es un proyecto de ley, por lo que debe ser analizado en el Senado también. Los senadores hasta podrían hacer una ronda de consultas exactamente igual o incluso más amplia que la que se hizo estos días en el plenario de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Presupuesto y Hacienda, ya que ellos tienen las mismas "atribuciones" para estudiar los proyectos que los diputados.
Hasta donde pude ver, no ha habido más que crónica periodística sobre las actividades del Congreso, que, de acuerdo a esta misma crónica, se limitó a las reuniones de aquellas dos comisiones. Lo que no es tan así, ya que, por ejemplo, la Comisión de Legislación General de Diputados analizó un proyecto sobre arrendamientos rurales (que algo tiene que ver con el monotema de los últimos meses).
Sin embargo, se comienza a especular sobre qué podría pasar a partir de hoy, lunes 30. Tomemos como ejemplo la nota publicada ayer en Clarín de Marcelo Helfgot, titulada "Retenciones: cómo será el debate en una semana caliente en el Congreso", de la que se podrían comentar lo siguiente:

Se insiste en esta nota y en general con que son necesarios 129 votos favorables para aprobar el proyecto. Esta cantidad es, casualmente, la cantidad de diputados "propios" que tiene el gobierno y la mayoría absoluta del total de miembros de la cámara. Pero resulta que la regla general para la aprobación de proyectos en las cámaras del Congreso es la mayoría absoluta de los presentes. Es decir que para saber cuántos votos afirmativos son necesarios para que el famoso proyecto del Poder Ejecutivo dé el primer paso en el Congreso, lo primero que hay que saber es que cuántos diputados están sentados en sus bancas.
Es obvio que al momento de votar el proyecto va a haber muchos diputados presentes, dado que es una de esas pocas ocasiones en que todo el país va a estar pendiente de lo que se resuelva. Pero lo más probable es que el proyecto que finalmente se apruebe va a contar con varios votos menos que los famosos 129.
Otra pequeña cuestión es que se machaca con que la reunión de las comisiones es "a puertas cerradas" o "exclusiva para legisladores". No tengo conocimiento que los diputados integrantes de las mismas hayan decidido que sea secreta (tampoco sería razonable), por lo que es de suponer que es, o debería ser, pública. Lamentablemente, esto no se aclara lo suficiente, y quedaría la sensación de que la discusión va a ser confidencial. Las reuniones eran transmitidas, por el sistema de televisación interno, al auditorio de la Cámara (los canales habían pedido tener acceso a esa transmisión). Espero que se haya previsto continuar de ese modo.
En fin, como respondí a un comentario de la entrada anterior, la ronda de consultas de la semana pasada pudo haber sido caótica o desprolija, pero era prácticamente la única oportunidad de que los diputados las escuchen. Esta semana parece que les toca hablar a los legisladores, y se va a comenzar a descorrer el velo de cuál va a ser la decisión de cada uno. El drama, ¿seguirá abierto o habrá algún cierre?

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