miércoles, 29 de julio de 2009

¡Y no digan que no les avisé!

Hasta donde pude ver, sólo tres medios se ocupan de la reunión que la Comisión de Agricultura y Ganadería celebró ayer: La Nación (tiene un título con "punch", pero su volanta es hermosa), el parlamentario.com e Infobae.

El de La Nación, como no podía ser de otra manera, es el que más refleja la indignación de los productores autoconvocados engañados en su buena fe (debe ser que no leen este blog) al “descubrir” que el tema de las retenciones no estaba en la agenda. No voy a insistir en llamarlos “lobbystas” porque si algo debe caracterizar a esta actividad es el conocimiento de las normas, técnicas y costumbres parlamentarias. Evidentemente, a ninguno se le ocurrió aunque más no sea darle a leer a un amigo abogado el Reglamento de la Cámara. Como ya dije, hubieran sorprendido al artículo 109 escondido entre todos los demás, y la posibilidad de que tres (sí, sólo tres) diputados requieran la incorporación de un asunto en el temario de la Comisión.

Ni falta hace decir que el cronista no preguntó sobre los motivos que pudieron haber tenido los diputados para no recurrir a este mecanismo. Sólo se limitó a “reflejar” algunos de los enojos de ayer, tal como quedó advertido en esta entrada anterior.

La nota es algo contradictoria: un párrafo afirma que el temario fue acordado por “por los presidentes de los principales bloques legislativos”, sin decir cuáles, con lo que se podría deducir que renunciaron a considerar todo otro asunto, pero en el inmediato anterior se afirma que “los legisladores de la oposición intentaron sin éxito debatir la baja de las retenciones a los granos, el manejo de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y otros temas reclamados por los productores”. Tal vez se podría pensar que los intentos fueron antes de la convocatoria, pero entonces habría que aceptar que hubo un acuerdo de dejar esos temas al margen. Y si fueron los “principales bloques legislativos” se debe suponer que lo hicieron aun aquellos que coquetean con la Mesa de Enlace. Pero, bueno, son demasiadas elucubraciones sobre una nota que no se dedicó a profundizar demasiado.

Más adelante, se hace mención a los dichos del Vicepresidente de la Comisión sobre la falta de acuedo, con lo que todo se desdibuja todavía más. Mis comentaristas siempre me dicen que no les pida a los periodistas que lean, pero solicitar un poco de coherencia interna al cronista, ¿también es mucho?

Resulta extraña la insistencia sobre la cuestión de la prórroga de las delegaciones legislativas en este artículo, y la relación que se hace con su no inclusión en el temario. También las gestiones que el autor le adjudica al ahora constitucionalista De Angelis, y su pedido de que “no voten contra el pueblo”. Evidentemente, no tuvo oportunidad de pedirle precisiones…

Actualización: si en TN se hace una búsqueda por "agricultura", aparece la crónica de ayer y al propio De Angelis reconociendo que el tema de las retenciones es "para otro momento".

domingo, 26 de julio de 2009

Dos periodistas, los mismos ¿errores?

Si un periodista puede dar informaciones erróneas, hacer deducciones equivocadas y transmitir imágenes distorsionadas, vamos a suponer que de buena fe, dos de ellos parecen potenciarse terriblemente.

Es el caso de los “especialistas” en temas parlamentarios de La Nación Laura Serra y Gustavo Ybarra, quienes firman en dulce montón una nota sobre la reanudación de la actividad en el Congreso de la Nación. Como no podía ser de otra manera, se hace mención al vencimiento de las facultades delegadas al Poder Ejecutivo realizada antes de 1994. Repito y subrayo: antes de 1994.

Como para darle una rápida explicación al tema, el próximo 24 de agosto vence la última de las prórrogas de las delegaciones. Antes de la reforma constitucional de 1994, se había establecido la práctica, desarrollada a lo largo de varias décadas, de que el Congreso delegue en el Poder Ejecutivo algunas (o muchas) de sus facultades. Guste o no esta costumbre, está muy lejos de ser un fenómeno argentino exclusivamente. A varias de estas delegaciones, por ejemplo, se las sustenta en el hecho de que los técnicos del Poder Ejecutivo tienen, o pueden tener, un conocimiento más específico y mejor acceso a la información para la toma de decisiones que los legisladores.

Es obvio que las autorizaciones del Congreso argentino van más allá (o mucho más allá) de este supuesto inocente, por llamarlo de alguna manera. Es una imagen habitual “la maraña” para describir el cúmulo de delegaciones de facultades en el Poder Ejecutivo, como se hace en la nota reseñada.

En 1994, la Convención Constituyente, con el alegado propósito de terminar con tal práctica, incorporó a la Constitución Nacional el artículo 76, el que comienza diciendo “Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo,…”. Si bien parece una barrera muy clara, a continuación prevé dos casos en que se la autoriza. Es decir, está prohibida, pero autorizada. Pero estas delegaciones no entran en la puja que se estaría por abrir próximamente en el Congreso, sino las que se hicieron en forma previa a 1994. Repito y subrayo: en forma previa a 1994. Estas decisiones iban a caducar a los cinco años de aprobada la reforma, salvo las que el Congreso prorrogara. En 1999, aduciendo la imposibilidad de un análisis exhaustivo, se prorrogaron todas las delegaciones, repitiéndose tal proceder en 2002, 2004 y 2006. De esta situación proviene esta aparente espada de Damocles que se cierne sobre las retenciones, así como en una enormidad de temas más.

Pero la información errónea, la deducción equivocada y la imagen distorsionada es la “perlita” que los periodistas afirman que la oposición encontró presumiblemente entre la “maraña” de delegaciones sujeta a decisión el próximo 24 de agosto. Para decirlo en sus palabras: “No sólo eso: en la maraña de legislaciones delegadas algunos diputados opositores descubrieron una perlita: el decreto 1067/2005, por la cual el Gobierno creó la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) otorgándole amplias competencias, funciones y potestades punitivas”.

En la maraña de elucubraciones del artículo, este parrafito podría pasar desapercibido, pero mis lectores ya deben estar advertidos de que las notas sobre el Congreso deben leerse con cierto cuidado.

¿Cómo podría incluirse la ratificación de una delegación de 2005, si de lo que estamos hablando es de la legislación delegada previa a 1994?

Además, se habla de “descubrimiento” muy a la ligera. Los periodistas seguramente omitieron hacer una mínima verificación en la propia base de datos de la Cámara de Diputados: el dictado decreto 1067/2005 fue comunicado a la Cámara de Diputados el 1º de septiembre de 2005.

Es verdad, suena lindo y tiene impacto que no sólo las retenciones puedan quedar bajo la lupa por un medio distinto a su tratamiento específico. Suena más lindo y tiene más impacto que un instrumento demonizado en el conflicto interminable con el lobbysmo agropecuario como es el de ONCCA pueda entrar también en este paquete.

Pero, muchachos, como siempre digo, hay tanto para criticar con un mínimo sustento, y ustedes insisten en quedarse con lo primero que le dicen… Es difícil creer que hacen las cosas de buena fe.

Aclaración para juristas: La creación de la ONCCA podría ser interpretada, repito y subrayo, interpretada como producto de alguna delegación previa a 1994. Pero esto puede dar pie a largas discusiones, con argumentos a favor y en contra. Una noticia periodística es un medio inadecuado para reflejarlas, no así el estudio por parte del periodista de las mismas, aunque más no sea para verificar que la información es adecuada. O para reflejar, en el marco de su autoproclamada neutralidad, las distintas posturas sobre un tema. Nada de esto se hizo, y este es siempre el disparador de las entradas de este blog.

miércoles, 22 de julio de 2009

¿Un nuevo round de estudio?

En el sitio web de la Cámara de Diputados, en el vínculo correspondiente a la agenda de las comisiones parlamentarias, está anunciada la citación de la Comisión de Agricultura y Ganadería para el próximo martes 28 de julio, a las 17:00 horas. Como se supone que la Cámara retoma sus actividades normalmente el próximo lunes, no habría motivos para que su Presidente suspenda esa reunión.
La información está desde ayer, pero salvo en el sitio parlamentario.com no la vi en ningún lado, lo que resulta llamativo dada la repercusión (escasa, sí, pero repercusión al fin) que tuvo la convocatoria y posterior suspensión de hace unos días.
El informe recién nombrado adjudica a los diputados no oficialistas, junto con la Mesa de Enlace, el impulso de esa reunión. También indica como temario, pero con equívoca redacción, que "Sin dudas, el principal tema a definir fue el Código Aduanero que le otorga la potestad al Gobierno para fijar la alícuota de las retenciones. Además de este tema, los dirigentes agropecuarios aseguraron que la emergencia agropecuaria, la lechería y la ONCCA son los temas a resolver."
Lo curioso es que los proyectos a considerar, según lo publicado por la propia Comisión, son los siguientes:
Declarar zona de desastre y emergencia, las explotaciones agropecuarias ubicadas en diversos distritos de la provincia de Santa Fe; Declarar zona de desastre agropecuario y forestal por incendio, por el plazo de 180 días prorrogables, a la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; Declarar zonas de desastre y emergencia agropecuaria en diversos distritos de la Provincia de Buenos Aires por efecto de la sequía; Productores Agrícolas del Departamento de Rivadavia, Provincia de Mendoza. Declárase la emergencia agropecuaria por el plazo de 12 meses; Emergencia agropecuaria por 180 días. Se la declara a varios departamentos de la Provincia de Catamarca; Emergencia agropecuaria se la declara en varios departamentos de la Provincia de Salta por el término de un año; Mensaje Nº 1777 del 5 de noviembre de 2008 comunicando el Decreto 1776/08, por el cual se declara zona de desastre agropecuario según lo normado en la Ley 24959 del 1º de enero al 31 de diciembre de 2008, a diversas localidades de la Provincia de Buenos Aires; Mensaje Nº:0741 del 17 de junio de 2009 comunicando el Decreto 740/09, por el cual se declara zona de desastre agropecuario a diversas localidades de la Provincia de Buenos Aires; Proyecto de ley en revisión, por el cual se declara zona de desastre por sequía durante el plazo de 1 año, prorrogable a 3 años, a la zona de secano integrada por diversos departamentos de la Provincia de Río Negro; Emergencia Agropecuaria. Régimen. Derogación de la Ley 22.913; Proyectos sobre Sistema Agroalimentario Lácteo; y Proyectos de Resolución y Declaración.
Nada de retenciones, nada de Código Aduanero, nada de ONCCA. ¿Qué estará pasando? ¿La publicación aparentemente más especializada del medio periodístico no chequeó la información? ¿Ya estarán escribiendo acerca de las maniobras del malévolo oficialismo que posterga el tratamiento de aquellos temas? ¿Estarán preparando los grabadores para recoger las declaraciones airadas de los diputados no oficialistas y de los lobbystas agropecuarios?
Por las dudas, les sugiero que le den una mirada a la última parte del artículo 109 del Reglamento de la Cámara de Diputados, que dice:

Si sólo llegaran a considerarse los asuntos consignados en la convocatoria con exclusión de los que "la ciudadanía" "reclama", una buena pregunta para hacerles a los diputados no oficialistas es por qué no utilizaron un mecanismo ya previsto por el reglamento.

¿Se reunirá la Comisión el día y hora previstos? ¿Aprobará sólo los asuntos indicados? ¿Se hará la propuesta de incorporación de nuevos temas? ¿Se considerarán esos proyectos? ¿Se dictaminarán ese día, o la discusión se prolongará por varias reuniones? ¿Estarán los periodistas advertidos de estas circunstancias? ¿Harán las preguntas necesarias para que el público esté adecuadamente informado?

Salvo la última pregunta, que para mí tiene una respuesta clara, las demás se develarán... ¿se develarán?



viernes, 10 de julio de 2009

El malévolo oficialismo... o "agarren los libros que no muerden"

Los medios suelen contar entre sus periodistas con especialistas, o especializados, en distintas ramas y/o actividades: está el de cuestiones internacionales, los de deportes, alguno que otro se dedica a temas relacionados con la ciencia, los de policiales, etc. En la radio, hay uno muy bueno que se ocupa de comentar asuntos relacionados con las causas judiciales, Néstor Espósito.

En cuanto a la política, puede haber periodistas que sigan las noticias que genere algún partido político en particular, o en tal o cual temática.

Es decir que el trabajo está bastante dividido con el objeto de, se supone, mejorar la transmisión de la noticia y el entendimiento del público.

En el ámbito parlamentario, la regla parece ser completamente la inversa. No hay especialistas. Si alguna vez el cronista parlamentario (y obsérvese que se lo llamaba “cronista”) pudo haber sido un personaje dentro de las redacciones, y algún memorioso recordará tal vez a Marcos Diskin, hoy es una tarea olvidada. Es posible que la responsabilidad la tenga el propio Congreso, ya que no es un gran generador de noticias. Los periodistas suelen ir en búsqueda de los escandaletes, y poco más.

Pero de vez en cuando algo pasa, o debería pasar, en las cámaras legislativas. Y hace falta alguien que entienda para preguntar y transmitir mejor.

El martes pasado estaba citada la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados. Su temario era amplísimo: desde la emergencia agropecuaria hasta los derechos de exportación. Pero, gripe A mediante, la reunión se suspendió. El Presidente de la comisión, el Diputado Cantero Gutiérrez, dio algunas explicaciones que se pueden buscar en la página de TN, haciendo una búsqueda por su apellido.

Las informaciones que se generaron fueron bastante imprecisas. En un principio, en ese canal se decía que, pese a la suspensión, había habido veintidós diputados presentes de un total de treinta y cinco miembros, más que suficiente para debatir y tomar decisiones válidas. Luego quedó claro que lo que se había reunido era la Mesa de Consenso Agropecuario, conformada por los lobbystas rurales y representantes de varios bloques no oficialistas. Por ser como es un ámbito informal de “discusión” seguramente no contará con reglas precisas como quórum, mayorías, etc.

Pero volvamos a la convocatoria y posterior suspensión de la reunión de la Comisión. Aun dejando de lado la discusión acerca de la seriedad de los motivos de Cantero Gutiérrez, uno se puede preguntar si esa decisión cierra completamente la puerta al debate:

  • · Respuesta Nº 1: de acuerdo a la práctica parlamentaria, sí. La citación de las comisiones y la eventual suspensión de la reunión es una atribución exclusiva de sus presidentes.
  • · Respuesta Nº 2: de acuerdo a lo surge expresamente de los reglamentos, no.

Para que los medios puedan transmitir adecuadamente esta diferencia, haría falta alguien que más o menos haya leído los reglamentos de ambas cámaras. (También los diputados deberían hacerlo, pero esto es otra cuestión.) Entonces, uno podría esperar que se les pregunte a los diputados no oficialistas ansiosos de reunirse y debatir qué les impide impulsar una reunión ya mismo. Si sólo es una cuestión de práctica y costumbre, como ya dije varias veces, la urgencia y necesidad de una decisión bien podría autorizar dejarlas de lado y aplicar la fría letra del reglamento. Pero sólo se ocupan de destacar que, otra vez, el malévolo oficialismo chicanea.

Hace un tiempo atrás, tuve oportunidad de escuchar a un funcionario de la Cámara de Diputados que es un verdadero estudioso y apasionado de las cuestiones parlamentarias. En tal oportunidad, contaba por qué en el Congreso de 1973-1976 se destacó la entonces muy joven y bella Diputada María Cristina Guzmán, del Movimiento Popular Jujeño. Como integrante de un bloque unipersonal, y mujer, parecía tener pocas posibilidades de conseguir algún espacio. Pero se ocupó de estudiar el reglamento, y de exigir su cumplimiento. De esta manera, la mayoría siempre debía, aunque sea, mirarla de reojo para ver si no iba a salir con alguna cuestión que pudiera trabar sus intenciones. Por supuesto que los reglamentos también prevén la posibilidad de que, dadas ciertas condiciones, puedan dejarse de lado, pero esto es otra historia.

Señores de los medios: hagan estudiar a sus periodistas. Salvo, claro está, que sus intenciones vayan más allá de la información…