Ayer se consideró en la Cámara de Diputados el proyecto de ley impulsado por el programa de televisión "Cuestión de peso" por el que se establece que la obesidad sea tratada como una enfermedad y reconocida así por el Programa Médico Obligatorio (PMO). Técnicamente, tiene esta síntesis: "Prevención y Control de los Trastornos Alimentarios y otras cuestiones conexas. Declaración de interés nacional."
Se trataba de una sanción del Senado que, de ser aprobada sin modificaciones, se hubiera convertido en ley, tal y como reclamaban los manifestantes que estuvieron desde temprano sobre la Avenida Rivadavia y en las galerías del recinto de la Cámara de Diputados ("Que-re-mos-laley... YAA", cantaban). Pero... durante su discusión en particular el proyecto tuvo modificaciones, por lo que debe volver para que la cámara de origen las considere.
Hasta aquí nada del otro mundo. Muchos proyectos se convierten en ley porque hay un total acuerdo entre las cámaras, pero una gran cantidad son devueltos por la cámara revisora para que la de origen analice si está de acuerdo con los cambios introducidos.
Respecto del proyecto de ayer, todo comenzó porque su artículo 11 decía así: "La publicidad y/o promoción a través de cualquier medio de difusión, de alimentos con elevado contenido calórico, grasas y azúcar, y pobres en nutrientes esenciales, deberá contener la leyenda 'El consumo excesivo es perjudicial para la salud' ". (Énfasis agregado).
Los diputados de las provincias productoras de azúcar objetaron que se la incluyera entre los malos de la película, y, finalmente obtuvieron que se elimine la expresión "grasas y azúcar", con lo que, producida la modificación, el proyecto no iba a ser convertido en ley anoche y debía volver al Senado. De paso, entonces, se le hicieron algunas otras modificaciones.
La cobertura televisiva de este acontecimiento no pudo ser más pobre. De casualidad pude ver, casi al final de Telenoche, la "crónica" del asunto. La movilera Sandra Borghi, con su eterna cara de circunstancia, informaba que la ley no había podido ser. Me gustaría saber cómo hacer un link a un fragmento determinado del noticiero para que lo puedan ver, pero empezó diciendo que se había frustrado el proyecto porque la Cámara había pasado a cuarto intermedio, "y no se sabe cuándo retomarán". Es decir, de acuerdo al tono de sus palabras, nunca. Insistió con esto del cuarto intermedio, hasta que se le escapó, porque se había pasado al cuarto intermedio, que el proyecto debía volver al Senado. Evidentemente, tenía muy poca idea de lo que estaba hablando: una cosa, obvio, es el procedimiento de formación y sanción de las leyes de la Constitución Nacional, y otra es esa posibilidad de todo cuerpo parlamentario de dejar en suspenso una sesión hasta la próxima reunión.
Con la movilera estaba la conductora del programa Andrea Politti, que, contra todo pronóstico, dijo lo único sensato de todo el segmento, al preguntarse por qué se había llegado hasta esa instancia con esa frasecita tal vez desafortunada. Es posible, claro, que ella en parte tuviera un poco de responsabilidad (algo de lo que jamás se va a hacer cargo), por haber movilizado y presionado para que el proyecto se dictamine en comisión a las apuradas y se considere inmediatamente por el plenario (y se quejan del pobre Poder Ejecutivo...). En la edición de hoy de Clarín, con la firma de Armando Vidal, hay un reflejo de esto: "La palabra azúcar amargó anoche a los entusiastas de la ley contra los trastornos alimentarios, que garantiza su cobertura médica. Esperaban que se aprobase anoche en Diputados. Ahora deberán aguardar que lo haga el Senado la próxima semana, ya que Diputados se la devolvió con modificaciones. Todo pasó porque la Cámara llevó ayer al recinto lo que no se había resuelto como correspondía en comisión, y el apuro conspiró contra la meta."
En fin, si va lento porque va lento; y si se apura porque se apura. El Congreso parece que nunca puede dejar contento a todos...
2 comentarios:
Doctor, entiendo que el proyecto tenía dictamen de Comisión (con disidencias), así que Vidal no parece muy acertado en su definición... a menos que la labor de Comisiones sea muy deficiente en los últimos tiempos. Se la dejo picando, Ud. sabrá. De todas maneras es cierto que el asunto se introdujo sobre tablas sin demasiado debate previo.
Licenciado, es verdad que había dictamen de comisión, sin orden del día impreso. La frase de Vidal tal vez se pueda entender de la manera que usted dice, o que pese al dictamen, no fue estudiado como debía. Siempre queda pendiente hablar sobre los tiempos. Seguramente porque ni siquiera los parlamentarios lo tienen claro.
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