En Página/12 de hoy, se publican un par de notas sobre la futura composición de las comisiones a partir del 10 de diciembre (aquí y aquí). Como ya dije, al periodismo se le dice cuál es la posición de máxima en este asunto. (Recordemos que, en cualquier negociación, uno tiene una aspiración máxima, que es la que se expone en primer lugar, y una de mínima, que queda convenientemente en reserva. En teoría cualquier punto intermedio nos debería satisfacer. El ejemplo básico es la venta de nuestro departamento, casa, auto, computadora, heladera, etc.: pedimos X pesos, sabiendo que esa cantidad no la van a pagar, y terminamos arreglando por algo menos, que es aproximadamente el valor que suponemos tiene el bien que queríamos vender. Aunque simplista, este es el esquema de los chisporroteos que se están dando.)
Los reglamentos de ambas cámaras del Congreso disponen que las comisiones reflejarán la composición política del cuerpo, dentro de lo posible (artículo 105, de Diputados; y el 91, del Senado). La clave está en la frase “en lo posible” que utilizan ambas normas. Si sólo hubieran dos, tres, cuatro bloques, no habría dificultad en reflejar su proporción en las comisiones. Pero con cerca de cuarenta en diputados y más de veinte en el Senado, es directamente imposible. Si cerca de la mitad de estos bloques son unipersonales, ¿cómo hacer para que cada uno de ellos tenga algún lugar en las comisiones?
Es muy pronto todavía para saber cómo va a ser la composición de ambas cámaras a partir del 10 de diciembre. Lo único que tenemos, a lo sumo, son números aproximados. La dificultad está precisamente en saber cómo se van a dar los reacomodamientos entre los bloques. Cada uno tendrá una idea más o menos certera de cuántos legisladores “propios” tendrá, pero nadie lo sabe con seguridad. El oficialismo podrá aspirar a mantener la mayoría en las comisiones sumando aliados. Al no oficialismo le aguarda una tarea ímproba: por un lado, verificar que el FPV no se lleve esa mayoría por sí solo, pero por otro que los aliados al oficialismo no le copen los lugares. Si insiste con la proporción 60-40, si insiste con esta visión simplista del asunto, se va a llevar más de una sorpresa…
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