La Princesa Mirona me primerió, y se puso a comentar un par de artículos de La Nación de hoy que vuelven a repetir, ciegamente, aquello del Congreso como escribanía del Poder Ejecutivo. El Criador ya se ocupó de esta crítica hace rato. Pero además, bastaría con preguntarse, junto con la Princesa, sobre las modificaciones que se le pudieron haber introducido a los proyectos. De ser sustanciales, el argumento se cae como castillo de naipes. Cada quien tendrá su propio criterio para lo que es sustancial o no. En todo caso, habrá que conocer del fondo de cada proyecto para evaluarlo. Pero es una de las primeras verificaciones a realizar, sin duda.
La autora de la nota, publicada en la página 5 del diario (primera dedicada a la política nacional) con gran despliegue, es Laura Serra. Como suele visitar el Congreso se diría que en función periodística, es de suponer que algo se informó sobre asuntos y mecánicas parlamentarias. De haber adquirido algún conocimiento, no puede, no quiere o no la dejan reflejarlo. Es que después de varios años de repetir lo de siempre, no hace ningún esfuerzo por preguntarse lo mínimo (como lo de las modificaciones), o ver de analizar, por ejemplo, qué peso tienen en la estadística la aprobación de los acuerdos internacionales. Pero su artículo tiene tantas contradicciones y análisis insulsos que es mínimo lo que puede esperarse.
Hay algo que es cierto: la información surge de la propia página de la Cámara de Diputados. La periodista podrá decir que no hace más que exponerla (¿para qué la necesitamos a ella, entonces, ¿no?). El problema es que las estadísticas parlamentarias son realmente complicadas por la enorme cantidad de variables a considerar, desde el “peso relativo” de cada iniciativa hasta el “timing político” para su aprobación. En esto podrá ayudar el amigo Tow. La simple comparación de “cuántos de allá y cuántos de acá” dice muy poco. (Ya me veo venir el comentario de Tow: “Si los constitucionalistas lo repiten, ¿por qué no los periodistas?) Si los legisladores ocuparan todo su tiempo en estudiar exclusivamente proyectos del Poder Ejecutivo, negociando incorporaciones o supresiones, convirtiendo a cada uno en “Pactos de la Moncloa”, ¿qué dirían las Lauras Serras, los Morales Solá, los Lanatas? Mejor ni pensarlo…
1 comentario:
Doctor, me temo que los periodistas de los medios opositores no se ponen de acuerdo. Vea, el día anterior a esa nota en la tribuna de doctrina, Perfil sostuvo que "El Congreso ya no funciona como una escribanía".
Otra comparación que cabe es: ¿qué sucede en otros países? Me cuenta un amigo que en Argentina desde 1983 el Congreso aprobó alrededor de la mitad de las propuestas del Ejecutivo, mientras que en Chile, Brasil y México ese número ronda el 80%. Por su parte, el finado Molinelli cuenta que en Europa rige la "regla del 90%", por la que la legislatura le aprueba 90% de las iniciativas del ejecutivo. Saque sus propias conclusiones.
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