domingo, 15 de marzo de 2009

Once días de titulares

En las últimas semanas, y de acuerdo a cómo se presenta la información, el Congreso recuerda a aquellos personajes de los que se habla pero que nunca aparece. Para sonar pretencioso, podría dar el ejemplo de Esperando a Godot.
Tal vez la semana que viene pueda cambiar el panorama.
La cuestión es que, por un lado, se anunció profusamente que la dirigencia rural recurriría a los parlamentarios para obtener una decisión que desde el Poder Ejecutivo no les iba a ser posible. Por otro, la Presidenta dijo que va enviar al Congreso un proyecto de ley para adelantar las elecciones.
En el primer asunto, la claridad brilló por su ausencia. Mientras unos se reunían ¿a pensar en algún proyecto?, otros decían solicitar la realización de una sesión especial. La información no profundizó de ningún modo sobre las estrategias que utilizarían los legisladores no oficialistas para la discusión del o de los proyectos sobre las retenciones. Hasta podría afirmarse, incluso, que no se hizo esfuerzo por conocerlas.
Los que, teóricamente, impulsaban una sesión especial, sabían perfectamente que es el mejor camino para no tener debate. Habrá discursos, a lo sumo. Pero debate, nada. Y mucho menos decisiones. Lo cual es diametralmente opuesto a lo que se supone que pretenden los ruralistas, quienes siempre dicen procurar “soluciones”.
En el tema electoral, más allá de las intencionalidades y/o conveniencias y/o necesidades, la información gira alrededor de la posibilidad o no de cumplir con un trámite acelerado como para que la convocatoria a elecciones pueda realizarse el 28 de marzo. Lo de “acelerado” habría que matizarlo un poco. Si el proyecto de ley efectivamente ingresa el lunes 16, habría doce días para su sanción. Podríamos decir once, suponiendo que el acto de promulgación y la convocatoria deban ser publicados el mismo 28. Esto nos lleva, otra vez, al tema de “los tiempos” que se manejan en las cámaras legislativas. Y a los ejemplos de proyectos que obtuvieron rápida sanción (la convertibilidad, la eliminación de la “tablita”, la transferencia de los fondos de las AFJP a la ANSeS).
Sancionar leyes en pocos días pareciera que no asegura un análisis reposado. ¿Cuál es la alternativa? ¿Cómo demuestran los legisladores haberlo realizado o estar haciéndolo? ¿Con varias reuniones de comisión? Es preciso entonces recordar las tumultuosas reuniones de la Comisión de Agricultura y Ganadería del año pasado sobre el proyecto de las retenciones. Hubo pocos medios que demostraron haber escuchado a los muchos disertantes que tuvieron, y preferían hablar, en cambio, de un “diálogo de sordos”.
Pero la información va a girar en cómo cada uno va contando sus porotos o si el oficialismo consigue o no quórum. Si en el medio hay alguna peleíta, tenemos titulares asegurados.
¿Los debates? No, no. Esos son diálogos de sordos.

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